La web de Ciudad Pegaso 1956-2006 50 aniversario de la creación de Ciudad Pegaso |
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ENASA.
"LA FABRICA". EMPRESA NACIONAL DE AUTOCAMIONES. ENASA. "LA
FABRICA". |
HISTORIA Presentamos aquí el excelente trabajo de D. Miguel Angel Martínez Sevilla sobre la historia de ENASA Pegaso |
15 neumáticos. Con este
tipo de medidas ENASA esperaba obtener la necesaria tranquilidad en
el mercado que le permitiera establecer una red de representantes por
el territorio nacional. Así podría garantizar a éstos
el margen comercial suficiente “para interesarlos en nuestras ventas
y dejarían de causarnos una dañosa competencia”. Ya por
estas fechas, se empezó a sentir la necesidad de contar con una
organización comercial eficiente para impulsar las ventas. Esta
red de distribuidores no empezó a organizarse hasta finales de
1949. Mientras tanto, los problemas de ventas de un producto no adecuado
y sin buena organización comercial para ganar penetración
en el mercado eran achacados a factores externos -a veces se pretende
detectar auténticas confabulaciones empresariales- y su solución
se veía únicamente a través del apoyo oficial,
imponiendo el consumo del producto 41. ENASA fue creada en 1946
para fabricar camiones diesel diseñados por CETA en el plazo
de dos años. Las circunstancias especiales que concurrieron en
la adquisición de Hispano Suiza motivaron que centrara su atención
en la fabricación de un producto diferente y denostado desde
un principio por el INI: el camión de gasolina de la marca catalana.
Precisamente, el gran argumento que esgrimió para frenar todos
los intentos de Hispano Suiza de implicar al INI en sus planes de viabilidad
fue esta carencia técnica. Paradójicamente, en 1949, en
lugar de estar fabricando un nuevo tipo de gasoil en una nueva fábrica,
ENASA sustituyó a Hispano Suiza en la fabricación de vehículos
a gasolina en su vieja fábrica barcelonesa. Y, naturalmente,
ENASA luchó por la supervivencia de su actividad, en tanto se
lograse el nuevo vehículo diesel, con la misma fuerza que antes
lo hizo Hispano Suiza y por el mismo camino: la búsqueda de regulación
y de pedidos oficiales que asegurasen la producción, por inadecuada
que ésta fuese. La alternativa, como hemos dicho antes, era el
aumento de unidades sin vender o el cierre de la factoría, la
misma alternativa que tuvo la dirección de Hispano Suiza cuando
intentó sobrevivir sin el apoyo del INI. Cuando en mayo de 1949 se realizaron con éxito las pruebas en banco del primer motor diesel, desarrollado por CETA a partir del prototipo 66 D de Hispano Suiza, toma mayor importancia el problema de las unidades de gasolina terminadas almacenadas en fábrica. En el mes de julio se temió que precisamente la apertura de mercados para vehículos diesel fuera a significar una serie competencia para las 384 camiones Pegaso II a gasolina que se encontraban en esta situación 42. Para paliar el problema, se comenzó a trabajar en la organización de la red comercial. La dirección de ENASA comenzó de esta manera a reaccionar con otros modos empresariales y afrontó los problemas por medio de sus decisiones de gestión, si bien permanecían modos derivados de su carácter de empresa pública de interés nacional y aún, en esa misma sesión, se achaca todavía la contracción del mercado a que “existe una impresión generalizada por parte de los importadores de vehículos, ... de que los Tratados Comerciales que se lleven a cabo volverán a ofrecer oportunidad de vehículos importados con precios favorables”. Pero a 41 A este respecto,
es muy significativa la intervención del consejero Fernández
de Córdoba en la sesión del Consejo de 29 de marzo de
1949, dando cuenta de la “campaña que en contra de nuestros camiones
se está haciendo en la calle por los agentes que comercian con
los vehículos de importación y a quienes no conviene que
nuestra industria prospere". |
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16 En septiembre de ese año
se produjeron algunos acontecimientos importantes. La empresa llegó
a un acuerdo con diferentes entidades para atender a la distribución
de sus productos en las diversas regiones españolas 43,
si bien se esperaba que esta red comercial tuviera repercusión
en la venta de autobastidores Pegaso Diesel, de inminente lanzamiento,
y no en la venta de los de gasolina. Para afrontar la nueva etapa
con la fabricación del modelo a gasoil se acometió la
primera reestructuración importante en la fábrica de Barcelona,
donde forzosamente continuaría la producción de ENASA.
El artífice de este cambio fue Ricart, quien había sido
nombrado Consejero Delegado al comienzo de 1949 44.
Hasta producirse este nombramiento, la fábrica estuvo bajo la
directa tutela del gerente, quien actuaba a través Un mes más tarde, la solución al problema de los camiones de gasolina se veía tan lejos que el Consejo estudió la posibilidad de interrumpir la serie en fabricación, con la idea de introducir las modificaciones necesarias para que los últimos chasis pudieran salir ya equipados con motor diesel. Tal decisión no llegó a tomarse 46, pero demuestra la angustiosa situación y la preocupación que el asunto causaba a la dirección. Posteriormente, el Consejo de Ministros acordó que los organismos oficiales adquiriesen “el mayor número posible de camiones a gasolina, haciendo para ello los precisos sacrificios” 47. Para habilitar esta actuación se autorizó a los Ministerios a realizar solicitudes de créditos extraordinarios con ese fin. Pero esta buena noticia fue considerada insuficiente. Los consejeros de ENASA se movilizaron personalmente en los centros oficiales más interesantes –Ministerio del Aire, Ejército, Obras Públicas, 43 Esta incipiente
organización, que comenzó a pasar sus primeros pedidos
en el siguiente mes de octubre, estaba conformada así: el área
de Madrid, Ávila, Salamanca, Segovia, Toledo y Guadalajara, se
asignó a dos concesionarios: Finanzauto, S.A. y Carlos de Salamanca,
S.A. que eran consideradas las dos principales firmas en Madrid dedicadas
a esta actividad, a la primera también se le concedieron en Andalucía:
Sevilla, Huelva, Cádiz y Málaga; además de Navarra
y Logroño. Cataluña fue repartida entre David, S.A. y
Automóviles Lancia, S.A.E; Aragón a Cancer, S.A.; y las
provincias Valencia y Castellón a SAICA. |
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17 Con estas medidas comenzó la salida de vehículos a lo largo de 1950. También se dio la circunstancia que por estas fechas la penuria en el abastecimiento de gasolina comenzaba a ceder incrementándose el cupo de gasolina asignado a camiones de gran potencia construidos en España, hasta 1.500 litros a partir del mes de mayo 48. Esta recuperación
de ventas, no cesó en todo el año y alivió el almacén
de unidades terminadas de estos vehículos, que quedaron en producción
de un modo residual a partir de entonces hasta 1952. Sin embargo no
fue suficiente para evitar los apuros de tesorería de la empresa,
necesitada de continuos aportes del INI. Sólo cupo para ENASA
una posibilidad de haber conseguido antes su objetivo de producción
de camiones diesel en volúmenes que hubieran permitido la satisfacción
de la demanda del mercado y la sustitución de importaciones.
Consistía ésta en haber materializado su objetivo fundacional
de establecer la fábrica nueva con el vehículo nuevo y
avanzado técnicamente que se perseguía, pero la carga
que supuso la fábrica de La actividad empresarial de ENASA se vio así reducida forzosamente a una operación caracterizada por un desequilibrio espectacular entre su coste y su resultado, que sólo había tenido justificación política por el pretendido beneficio de interés superior al asegurar el abastecimiento de vehículos militares, que se produjo en muy pequeña escala dada la limitación de los objetivos estratégicos del Estado franquista y después por el hecho de la entrada de equipamiento militar a través de la ayuda norteamericana a principios de los 50, que supuso la cancelación definitiva de los programas y de los contratos de carácter castrense de ENASA.
48 B.O.E de 16 de abril de ese año, publicaba una Orden de Presidencia de Gobierno. |
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18 • 1957-1959: Leyland aportó
una nueva forma de plantear la actuación de ENASA en el ámbito
empresarial y comercial, reforzando una dinámica interna que
también se orientaba en la misma dirección. Tímidamente
49 ENASA, Actas del Consejo de Administración, 1947, 22 de julio. Al presidente del Consejo le preocupa la tramitación de licencias para autobuses Leyland por parte de los Ayuntamientos de Madrid y Barcelona y Valencia “a precio más económico” y estima que “hay que exponer a la superioridad que lo valore de cara a las conveniencias nacionales”. Sobre este asunto se concluyó que, de conceder estos permisos en tanto la producción de ENASA fuese insuficiente, el problema era muy grave porque “de no ir preparando el mercado para el precio a que la industria nacional ha de llegar ... el día que éstos (los permisos) se restrinjan, con la consiguiente elevación del precio, se producirá una animadversión contra el INI y ENASA”. Se remacha por el presidente, para aclarar más aún si cabe el espíritu que inspira las actuaciones iniciales de la empresa, que “nuestra postura no sería muy fuerte si solo fuéramos una empresa con intereses privados, pero representamos al Estado”. |
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19 A su vez, existió evidentemente una relación causal entre el cambio de orientación de la gestión y en la técnica aplicada al producto Pegaso, sin embargo se ha convertido en lugar común afirmar que la producción de ENASA, a partir del acuerdo con Leyland en 1957, se basaba en tecnología de producto de esta última. La realidad fue notablemente diferente. Si se repasa el convenio 51 se observan las siguientes circunstancias: la firma británica renunció a la exportación de vehículos de la gama comprendida entre cinco y diez toneladas de carga, ya que en este segmento del mercado se reconoció a la empresa nacional su capacidad de cubrir la demanda. Pero para vehículos más pesados, cuya expectativa de demanda era creciente, acorde con el desarrollo económico que cabría esperar, Leyland estaba en mejor situación tecnológica 52, dada su experiencia y larga presencia en el mercado internacional 53. En este ámbito se planteó inicialmente la colaboración en aras de la obtención de vehículos nuevos mixtos. A tal fin, se acordó la fabricación de prototipos 54 para llegar a la producción en serie de modelo de 3 y 4 ejes, con 12-14 y 16-18 Tn. de carga. Se trataba de vehículos no producidos en España. Su denominación Pegaso Z-211 y Z-212
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20 Como complemento del acuerdo
principal entre ENASA y Leyland, se estableció otro entre la
primera y Leyland Ibérica. Con esta empresa se planteaban dos
problemas que eran de obligada resolución. Por una parte, dejaba
de vender los modelos Comet y Beavey de Leyland, que fueron objeto de
la renuncia a su exportación por la firma inglesa, lo que causaba
un evidente perjuicio comercial para su distribuidora. Por otra parte,
ésta había de continuar con la atención debida
al mantenimiento y reparación del parque rodante, que se estimaba
en aquel momento en unas 3.500 unidades y que la obligaba a mantener
almacenes de repuestos, talleres e instalaciones pertinentes. Para resarcirla
de estos inconvenientes, fue nombrada distribuidora de los productos
ENASA e incluida en el resto de la red de concesionarios ya existentes,
con las consiguientes asignaciones de cupo en las provincias donde se
diera concurrencia con otro concesionario anterior. En contrapartida,
a los distribuidores de Pegaso, se les concedía por Leyland en
compensación una fórmula similar de distribución
de sus productos 57. Por último, Leyland
ponía a disposición de ENASA su cobertura comercial en
el ámbito internacional para promover la exportación de
los vehículos Pegaso. Para el propio Ricart artífice del acuerdo, ENASA no necesitaba los convenios al uso entre empresas españolas y extranjeras que dejaban a las primeras en una situación de dependencia. Por otra parte, la categoría de la asociada le llevaba a un cierto optimismo en la continuidad de la labor de la empresa española. Además no contemplaba como una limitación, la vinculación a Leyland y por tanto la no posible alianza a otras empresas de vehículos industriales. En el fondo lo que planteó fue una continuidad de actuación, que respetando la base industrial y tecnológica de ENASA, mejorasen sus perspectivas de obtención de ciertos materiales y de venta en el exterior.De esta manera cuando se produce el cambio de dirección en ENASA, a comienzos de 1958 58, los trabajos con Leyland habían comenzado. Las relaciones se incrementaron dada la nueva orientación que se pensó dar al desenvolvimiento de los estudios técnicos, entre otros, desde ese momento. En la primera sesión del Consejo que se celebra con la asistencia de Torres Gost como nuevo gerente, se puso de manifiesto la voluntad de reorganización general de la empresa, que se expresa en la puesta en marcha de un estudio para elaborar por primera vez un organigrama funcional de la misma 59 y en
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21 En el orden técnico
se anunció la revisión de las normas que regulan las relaciones
entre CETA y ENASA, ya que respecto a algunas de ellas su “oportunidad
de aplicación ha pasado ya” 61. La revisión
conduciría año y medio más tarde- a la desvinculación
total y a la creación de una Oficina Técnica propia en
Barcelona, “con personal de CETA, que está en libertad de quedar
a completa disposición de ENASA, una vez obtenida la autorización
del INI” 62. A partir de este momento, CETA,
bajo la dirección de Ricart, orientaría sus estudios en
sus oficinas de Madrid hacia otros objetivos ajenos a los vehículos
industriales. Conforme se avanzaba en los
diseños de prototipos y nuevos vehículos acordados, la
fabricación en mayores volúmenes del camión Z-207,
-básico de la producción en la planta de Madrid- empezó
a ser objeto de atención por la ponencia técnica, que
se planteó la posibilidad de negociar un plan de paulatina nacionalización
de la fabricación de los puentes traseros que eran suministrados
por Leyland 63. Poco más A principios de 1959 el proyecto
de nuevo camión de tipo medio estaba muy avanzado y empezaba
a denominarse Pegaso-Leyland internamente. El modelo Z-207, al que iba
a sustituir, competía mal en el mercado nacional debido a las
importaciones 65. Al tiempo, los efectos depresivos
del Plan de Estabilización significaban un factor negativo adicional
para las ventas. El camión pesado que salía de la fábrica
de Barcelona, por el contrario, concurría con menos problemas
y su producción se consolidaba. Para paliar la caída de
las ventas del Z-207 se tomaron las siguientes medidas: fabricar el
mismo modelo pero simplificándolo y el lanzamiento de dos nuevos
camiones los Pegaso 1010 (10 toneladas) y 1031 (8 toneladas) basados
en el mismo Z-207. Con estos últimos desarrollos ENASA empezó
a recuperar ventas a partir de finales de 1960 aumentándose el
programa de fabricación para 1961 66. Con el desarrollo de los
acuerdos que intensificaban los vínculos iniciales, se planteó
la conveniencia de llegar a una participación accionarial inglesa
en ENASA. El preacuerdo de toma de acciones por la empresa británica
fue sometido a aprobación del 60 En realidad,
estas ponencias se crearon siguiendo directrices anteriores, desde el
momento en que desde el INI se comenzó a cuestionar la marcha
de la empresa y su retraso en el logro de objetivos. En la sesión
de 28 de mayo de 1956, “a instancias del Presidente del INI en su visita”
se crea una de estudio y consideración de los programas de producción.
En la siguiente, celebrada el 25 de junio, se crean otras dos: la económica
y la de cuestiones sociales. |
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22 INI y se hizo efectivo en
noviembre de 1959 67. Inmediatamente se discutió
la conveniencia de obtener de Leyland su colaboración en la fabricación
de un motor “con características de economía y elevada
técnica, como exige un camión barato”. En la sección
de proyectos de ENASA se trabajaba en este sentido, pero se preveía
que su puesta a punto para pasar a su fabricación en serie se
dilataría excesivamente en el tiempo y era urgente el lanzamiento
del nuevo vehículo. Leyland acababa, en ese momento, de renovar
su gama Comet con un motor de 6 cilindros, poco peso y muy revolucionado,
producto de diez años de estudio, cuyo acoplamiento al proyectado
camión Pegaso-Comet, fue ofrecido por el nuevo socio, lo que
podía significar un adelanto en los programas previstos pero
también el inicio de una cierta dependencia tecnológica
de ENASA respecto de Leyland. La fabricación de
ENASA de motores Comet planteó un problema de inversión
de cierta trascendencia. En la obra de la fábrica de Madrid se
incluía la construcción de una Fundición, no prevista
en el proyecto inicial pero incorporada después tras una serie
de planteamientos de instalación de una en común con otras
empresas del INI para atender las necesidades de todas ellas 68.
El proyecto original fue objeto de revisión, La salida al mercado del
Pegaso-Comet supuso para ENASA un gran aumento de ventas y por consiguiente
de producción en los primeros meses, si lo comparamos que sus
predecesores en el mismo segmento 71. Así
mientras una buena cifra de fabricación para el Pegaso 1031 rondaba
las 130 unidades al mes 72, la del Comet se estableció
en 400, ello se debió fundamentalmente al precio 73.
No obstante su comercialización 67 En la sesión
de 26 de noviembre de 1959 tomaron posesión de su cargo de consejeros
el presidente de Leyland (H. Spurrier) y el director general (D. G.
Stokes).
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23 La solución al estancamiento de la producción vino de la adaptación por la Oficina Técnica de ENASA del motor Comet a un vehículo más pequeño, el Pegaso 1100 de 5,5 toneladas de carga 77. Consistió en quitarle dos de los seis cilindros de los que constaba el motor original, dando una potencia de 90 CV 78 en vez de los 125 CV iniciales 79. Si observamos las cifras de venta de los Comet y derivados durante los años 1962 hasta 1969 comprobamos que las ventas se mantienen con muy pequeña oscilación desde el primer año de su salida al mercado, en torno a 2.600-3.000 unidades anuales, salvo el año 1965 en que descendieron situándose en las 1.850 unidades 80, mientras que las ventas de los Pegaso 1100 y su gama tuvieron un incremento de casi el doble entre 1965 y 1966, cayendo posteriormente debido a la compra de SAVA. También fue objeto de renovación la gama pesada de ENASA fabricada en Barcelona, el antiguo camión Pegaso Z-206 (10 toneladas) dio paso a una evolución del mismo denominado Pegaso 1060 (12 toneladas). Este producto de técnica nacional –Hispano Suiza-CETA- y adaptado por la Oficina Técnica de ENASA mantuvo y
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24 acrecentó su aceptación a lo largo de los años 60. Los únicos retoques vinieron para adecuarlos a las nuevas necesidades del transporte y de la legislación 81. Por último con la salida al mercado del Pegaso 1080 en 1972 se inició una renovación profunda del producto Pegaso sustituyendo los antiguos modelos Hispano Suiza-CETA de camiones pesados pero también el resto de los segmentos dominados por los tipos Leyland que dejaron de fabricarse al final de la década de los setenta.
Además tuvieron una gran relevancia en la marcha de la empresa otros convenios establecidos siendo los principales: Robert Bosch, fabricación de equipos de inyección; Electro Diesel, S.A., comercialización bombas de inyección; DAF, prototipo y elementos de camiones militares; Construcciones Jover, Obiols y Rosell, S.A. (JORSA) con licencia Viberti, estructuras de autobuses y autocares; Aeronáutica Industrial, S.A. (AISA), grupos para camiones ligeros; Allis-Chalmers Italiana, licencia de tractores y maquinaria de obra; Vehicules et Travaux Vetra, trolebuses; Sociedad Anónima de Construcciones Agrícolas (SACA), motores para tractores; Rootes, cajas de cambio; Lambert Engineering Co y Boetticher y Navarro, S.A., grúas para ser montadas en camiones; Hardy Spicer Ltd.; juntas universales y ejes de transmisión; Sociedad Española de Automóviles de Turismo, S.A. (SEAT) y Empresa Nacional de Motores de Aviación, S.A. (ENMASA), bloques fundidos de motor. Conclusiones
81 El Consejo de Administración de 18 de diciembre de 1962 aprobó la fabricación del camión tipo 1065 -fruto de la colaboración con Leyland- con el propósito de sustituir al 1060 cuyo coste en aquel momento era algo elevado debido sobre todo una tara demasiado alta. ENASA, Actas del Consejo de Administración, 1963 (30 de abril). No obstante siguió fabricándose en sus nuevas versiones 1061, 1063, 1066 etc., equiparándose en unidades vendidas al 1065 a partir de 1966. |
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25 Junto a la falta de cumplimiento
de las metas consecuencia también de las dificultades de aprovisionamiento
de materiales básicos -en especial siderúrgicos- y de
componentes -sobre todo neumáticos-; se manifestaron problemas
de viabilidad económica. La continuidad de la empresa fue posible
por la inyección de recursos financieros por parte del INI en
forma de ampliaciones de capital social. Tenemos que insistir que
la compra de buena parte de los activos de Hispano Suiza no fue una
decisión tomada con criterio empresarial, es más el INI
había descartado previamente su conveniencia, pero siendo la
única instalación radicada en España que tenía
una cierta capacidad y la premura de iniciar la producción cuanto
antes llevaron a su adquisición. Ésta motivó la
fabricación de un producto no adecuado para las necesidades del
mercado que además no pudo ser modificado dadas las dificultades
de Puede considerarse que a
partir de 1958 los problemas iniciales de ENASA ya estaban superados
o en vías de superación, pero se iniciaron otros tan graves
como los anteriores. Estos se articulan en torno a la dependencia tecnológica
e industrial provocada, no por los acuerdos de 1957 con Leyland, que
definía bien los ámbitos de las dos empresas manteniendo
su independencia y creando una colaboración beneficiosa para
ambas en los campos industrial y comercial, sino por una cierta falta
de visión de futuro de los responsables de ENASA, que prefirieron
la tecnología ajena pero de aplicación inmediata a las
necesidades del mercado al propio desarrollo aunque fuera con cierta
demora. La desvinculación con CETA que nunca fue absoluta, privó
a ENASA, a pesar de la constitución de su Oficina Técnica,
de los elementales mecanismos de reacción a los cambios en el
mercado lo cual generaba más dependencia al recurrir cada vez
más a la tecnología foránea. La solución fue potenciar de nuevo los servicios técnicos de la propia empresa que hicieron una buena labor de adaptación de la tecnología Leyland al mercado español y la realización después de nuevas gamas, que motivaron la recuperación de las ventas del producto Pegaso. En el año 1975 el grupo liderado por ENASA fabricaba cerca de 25.000 unidades de vehículos industriales con una penetración en los distintos segmentos superior al 50%. |